VENEZUELA: CHAVEZ SOY YO

Por: Belén Alarcón 
Directora Plataforma Sur
 
El espectáculo multitudinario del constituyente primario que llegó a Caracas el pasado 10 de enero desde toda la geografía Venezolana a defender el proyecto político que ha implementado la revolución bolivariana desde hace catorce años, pone en apuros a politólogos y analistas que califican al gobierno venezolano de dictador y antidemocrático. “Yo vengo a juramentarme porque Chávez soy yo”, manifestaban alegremente los ciudadanos venezolanos con su mano derecha en alto y la constitución en la izquierda, mientras lucían la banda tricolor en su pecho.

Esta escena recuerda que el poder soberano reside en el pueblo que es quien legitima al mandatario. No es una pléyade de burócratas quienes posesionan al presidente, es la sociedad en masa la que acude a juramentar un gobierno, a posesionar al presidente que aunque ausente por fuerza mayor, fue el que eligieron en un proceso democrático evidenciado en el 81% de la población que participó en la contienda electoral, dando como ganador a Chávez con un 54% de la votación.

La derecha que es oposición arguye legalismos, desconociendo el principio del constituyente primario, quien ya eligió y vuelve a ratificar su postura política. Para la derecha la Constitución es una norma de permisiones y prohibiciones expresas, mientras para la izquierda en el poder, la Constitución es el espíritu que los hace pertenecer a la polis como ciudadanos; aquí la norma de normas tiene una significación trascendente, pues posibilita la armonía entre los ciudadanos y la unificación del Estado, mientras para el bando de Capriles es un elemento jurídico que se manipula de manera exegética para ganar un pleito jurídico. De este modo, el Chavismo toca la esencia del Estado de Derecho, mientras la derecha solo puede atinar a la disputa del poder mediante la vía jurídica, que resulta contingente frente a la esencia de la política.

Los venezolanos saben hoy que el proceso de cambio sigue andando, que el aparato estatal se ha consolidado en estos 14 años y que hay seguridad para la continuidad de la Revolución Bolivariana. El chavismo ha rebasado al mismo Chávez para convertirse en un espíritu popular, una idea, un proyecto político que se ha enquistado en 20 gobernaciones de los 23 Estados, en los poderes legislativo, judicial y militar.

No cabe duda que Chávez, siguiendo el pensamiento Bolivariano, al confrontar la hegemonía del poder norteamericano, se consagra como el más grande líder de dimensión latinoamericana de los tiempos modernos, no sólo en la retórica sino en las prácticas políticoeconómicas, que superan lo puramente comercial y se amplían en una visión de integración latinoamericanista para liderar el Alba, Unasur, Mercosur, la Conferencia de Países Latinoamericanos, determinando la historia no solo de Venezuela, sino de América Latina.