PARO CAFETERO EN COLOMBIA: CRISIS TOCA FONDO


Por: Nemesio Gómez González
Columnista 

Aunque la crisis de la producción y comercialización cafetera tiende a agudizarse a nivel mundial, en el caso colombiano está llegando a extremos que superan la alta capacidad de tolerancia de los pequeños y medianos caficultores, lo que explica su decisión de lanzarse a un paro nacional indefinido, con perspectivas impredecibles. En el caso del Huila registra la tercera gran movilización campesina en menos de un año, y ya se han producido más de treinta heridos, algunos de gravedad, en los enfrentamientos con las fuerzas policiales, dada la torpe y ciega actitud del gobierno Santos para enfrentar la crisis, recurriendo a aplicar desaforadamente la fuerza represiva. La crisis es de tal dimensión que en esta nota no se pretende abordar el análisis; este objetivo reclama un artículo de fondo que esperamos producir próximamente, y debería ser objeto de estudio de una comisión nacional, digna de alimentar con sus conclusiones los diálogos de la Habana. 

Debe tenerse en cuenta que los cincuenta mil campesinos que dicen estar movilizando las organizaciones agrarias desde el día de ayer 25 de febrero, o los vente mil que reconocen los medios masivos se encuentran taponando las troncales Neiva-Bogotá-Florencia-Mocoa, a una voz plantean que no pueden seguir produciendo a pérdida, con un desfalco de al menos $150.000 por carga. Esta realidad lleva a la inevitable quiebra del sector, a lo que se suma el burocratismo desaforado de una Federación Nacional de Cafeteros que además de dilapidar los ahorros obligados de los productores ,(que son condición para poder vender la cosecha), se ha puesto al servicio de los grandes productores, los politiqueros de derecha y el mismo gobierno. 

Adicionalmente, los campesinos alertan con cuidarse de politiqueros oportunistas, tipo Álvaro Uribe y sus áulicos, que ahora dicen apoyar el actual paro cafetero para debilitar al gobierno Santos, como parte de la estrategia de campaña para recuperar el poder en 2014. Pero se olvida que durante sus dos años de mandato, más bien quiso imponer un nuevo impuesto a los pequeños productores mientras fortaleció la Federación como brazo politiquero. Por su parte, el gobierno local y los gamonales políticos de provincia no definen una posición de apoyo a las justas reclamaciones de los cafeteros. Se han limitado a cumplir las órdenes santistas para reprimir inmisericordemente a los movilizados. El oportunismo de los politiqueros tipo Eduardo Gechem, resulta diciente, pues de palabra dicen estar apoyando el paro, (aunque nunca aparecen a ponerle el pecho a los gases), pero llaman al campesinado a no recurrir a las vías de hecho, es decir a no movilizarse. Maquiavélico papel el de éstos pelechadores del erario público, a costa de los incautos votos de muchos campesinos hoy movilizados. 

Poco se ha hablado del espíritu de unidad que reina entre las diversas organizaciones del sector agrario, en donde movimientos nuevos como la Marcha Patriótica, y, en el caso del Huila, la Asociación de Trabajadores Campesinos del Huila, -ATCH- están jugando un papel protagónico en la organización de esta valerosa movilización. Valerosa sí, porque a pesar del anuncio del presidente Santos para impedir a toda costa el bloque de vías, éstos ya fueron noticia en el Huila y en el Cauca, para sus vías troncales. No fueron suficientes los cientos de ESMAD, tipo Robocop, con sus bolillos, bombas lacrimógenas y gas pimienta para amedrentar a los embravecidos campesinos que afrontan toda clase de penalidades, con tal de hacer escuchar su voz de protesta y obligar al gobierno a sentarse a buscar un verdadera negociación que traiga soluciones más de fondo a esta crisis agraria.