CONVERSACIONES: UN EQUILIBRIO INESTABLE


Por Belén Alarcón Alarcón
Directora Plataforma Sur

Las conversaciones anunciadas entre el gobierno del presidente Santos y las guerrillas de las Farc y que propiciaron, al parecer, un viraje de 180 grados en la opinión pública nacional e internacional a favor de éste, dan paso a un período de incertidumbre que bien puede prestarse para que “los enemigos agazapados de la paz”, como diría Otto Morales Benitez, atenten a través de los más perversos métodos, contra el proceso que todos los colombianos amantes de la paz, venimos pidiendo a gritos.


Pero si algo nos ha dejado como lección, la experiencia de hace diez años del Caguán es, primero, que la paz no es un asunto exclusivo de las fuerzas contendientes, sino que también y sobre todo es un asunto de todos los ciudadanos y segundo que el proceso debe iniciarse por fuera de las amenazas de la confrontación bélica, pues es un hecho que este escenario de conversaciones sin sociedad civil atenta y participante y sin cese bilateral del fuego, son riesgos que el país de la “prosperidad democrática” de Santos y también las Farc deben evitar.

Otro punto importantísimo que esta vez deberá tenerse en cuenta, es lo que se llamaría el enfoque territorial de la paz, pues si bien es cierto que ésta debe ser una y nacional, también lo es que las salidas deben estar alimentadas con la participación de las regiones y provincias en donde seguramente están las claves para descifrar el enigma de la guerra, pero también el de la paz.
Solamente esculcando en los vericuetos locales y teniendo las regiones debidamente leídas e interpretadas, podremos avizorar sobre el terreno, las reales posibilidades de una paz estable y duradera, pero esto también incluye la responsabilidad que tienen las regiones y sus respectivos líderes políticos, sociales y comunitarios para preparar las condiciones en donde las negociaciones y la eventual paz “aterricen” con los menores traumatismos.
En el Huila llegó el momento para dinamizar las funciones del Consejo Departamental de Paz, creado oficialmente para atender las demandas de la sociedad, de un departamento envuelto en la violencia pero anhelante de paz, pero también para procurar salidas a la misma, por supuesto teniendo en cuenta las distintas iniciativas de paz existentes en el departamento y aquellas que surgen desde los nuevos movimientos políticos como las Constituyentes Locales de Paz.
Se necesita pues que los huilenses generemos el escenario regional más adecuado para acompañar el proceso nacional de conversaciones, que comienza el próximo ocho de octubre en Oslo, pensando en  lo nacional y actuando simultáneamente en lo local. Este ejercicio contribuirá, durante estos meses, de mayor peligro a estabilizar las conversaciones y blindarlas del acecho de los guerreristas de siempre.