SOBRE LA PAZ Y SU CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

Foto: Angelica Vargas
Cuando se menciona o se escucha la palabra paz, se viene a la imaginación algo grande, global, abstracto. Esta idea inaprensible se asocia a algún tipo de paraíso divino o cielo o a una especie de utopía. No obstante, el encuentro con comunidades da cuenta de lo posible de la paz, sobre todo en territorios que han resistido al conflicto y la violencia y que paradojicamente han desarrollado iniciativas de paz como alternativas a la guerra.


La marcha del pasado 9 de Abril mostró a un país multitudinario que quiere que las acciones violentas cesen y que la paz deje de ser una quimera. Sin embargo, en torno a esta movilización no se ausentaron los ciudadanos que trinaron por la guerra y la venganza,   aquellos que creen que es más fácil el camino de la guerra que el de la paz. Ahora bien, la cuestión no es de lo que sea más fácil o más difícil, se trata de comprender qué quieren los pueblos, cómo quieren vivir. De manera masiva la ciudadanía manifestó su añoranza del fin de la guerra, una vida posible y feliz, la esperanza de una paz duradera, que solo es posible con un compromiso colectivo desde la casa, el barrio, el municipio y la región. 

Aunque la negociación para la terminación del conflicto se está dando entre las dos partes que han estado en guerra durante más de 50 años, el diálogo debe ser cada vez más abierto a la sociedad civil, quien como constituyente primario debe cuestionarse sobre el largo periodo de violencia y plantear alternativas al conflicto.

En este sentido, una sociedad civil bien organizada, es un sustento para la construcción de paz. En el Huila se vienen adelantando esfuerzos desde las organizaciones sociales. En este sentido, la importancia del encuentro realizado los días 22 y 23 de Abril, en el municipio de  Argentina-Huila, denominado “Encuentro Social por la Paz. Cuarto encuentro departamental de Derechos Humanos. Encuentro Regional del CRIHU”, en el cual participó activamente Plataforma Sur de Procesos Sociales. 

La idea de este encuentro fue discutir las propuestas a nivel regional de los distintos sectores de la sociedad civil, para llevarlas al “Foro de Participación Política” que se realizará en Bogotá los días 28, 29 y 30 de abril, en el marco del proceso de paz que se adelanta en la Habana entre el gobierno colombiano y las Farc.

Allí se discutió la idea de paz, se planteó que más allá de negociar la terminación del conflicto armado, lo que se debe poner sobre el tapete es un concepto de paz mucho más amplio, el cual tenga en cuenta el mejoramiento de las condiciones materiales de los ciudadanos como un insumo básico para lograr la paz, tanto en el campo como en la ciudad. 

Según la visión indígena, el silenciamiento de los fusiles no  sirve de nada si se abre la puerta a multinacionales y emporios económicos que arrasan  el territorio.  Así las cosas, parece que el sueño de construcción de paz apenas comienza. Como lo planteó William Ospina "la paz es educación digna, salud digna, trabajo digno; la paz no se puede dar donde se matan a los arboles y se irrespeta la casa de comunidades indígenas, campesinas o afrocolombianas, la cuales tienen visiones del mundo propias y autónomas, que así sean difíciles de entender para mentes “ilustradas y liberales”, son de gran importancia por su riqueza científica, cultural, política y social y además pueden ser la entrada a propuestas alternativas de vida; pueden ser el insumo para cambiar paradigmas actuales y trabajar en otros más amables y armónicos con el planeta que hoy está devastado y que muy seguramente en un futuro no aguantará la mano destructora de este sistema de mercado".

Por: Piero Silva
Politólogo Plataforma Sur
pieromansi@gmail.com