HABLANDO CON EL PUEBLO EN UNA DISCOTECA DE UNA VILLA VIEJA

foto: CERSUR

En medio de pequeños pero numerosos cuadros de espejos, bordeados por líneas de pinturas verdes y naranjas fluorescentes que forman figuras que asemejan chumbes indígenas, pero con la estética propia de las discotecas de un pueblo colombiano. Allí, en el mismo espacio donde cotidianamente se reúnen los villaviejunos en la calida noche de un fin de semana a
tomar cerveza, aguardiente o ron, se reflejaba en los pequeños espejos la cara de más de 150  campesinos  y campesinas de Villavieja, Tello y Baraya; quienes dispusieron el lugar fiestero como un escenario político de una comunidad que congregó todos sus sectores para el debate frente a las acciones que viene adelantando  la Corporación Autónoma del Alto Magdalena -CAM- con la declaratoria de Área Protegida de 35.830 hectáreas en la categoría de Parque Natural Regional La Tatacoa, lo que anula la cultura agropecuaria de una comunidad ancestral que lleva más de 460 años habitando las tierras del norte del departamento del Huila y que puede causar un desplazamiento en el territorio. 



El encuentro tenía tonos de fiesta. Los campesinos con su mejor atuendo, blancos sombreros suaceños, camisas de colores pasteles, pantalones de color tierra y zapatos de suela gruesa; las mujeres lucían vestidos con flores de colores y  sandalias que dejaban ver el color de unos pies que toda la vida han pisado el desierto. También llegaron habitantes del casco urbano de Villavieja, personas interesadas en conocer y participar de la problemática que estaban viviendo sus coterráneos del bosque seco tropical La Tatacoa. Entre esos hombres y mujeres habían agricultores, ganaderos, operadores turísticos, ambientalistas, líderes campesinos, representantes de Juntas de Acción Comunal, trabajadores públicos, alcaldes y personería. Toda esta comunidad se agrupó desde principios de este año en el Comité de Afectados por la declaratoria de Parque Natural Regional La Tatacoa.

“Nosotros como habitantes de éste territorio, que llevamos una cultura ancestral de trabajo con agricultura, más de cuatro siglos de conocimiento con la ganadería y recientemente le estamos apostando al ecoturismo comunitario como una actividad alterna al desarrollo socioeconómico. Y Ahora nos dicen que estamos dentro de un área intangible y pertenecemos a una categoría de Parque Natural Regional que prohíbe la cultura agropecuaria que tenemos. Y la CAM toma todas estas decisiones tan importantes sin consultar con nosotros, los habitantes que vivimos en el desierto”, pronuncia un líder campesino con un tono enérgico y con mirada de preocupación frente a todos sus vecinos.

El Comité de Afectados convocó a la comunidad mediante perifoneo, voz  a voz, cartas formales y redes sociales virtuales. “Este encuentro se convocó con el fin de discutir y acordar la posición de la comunidad para la negociación en las mesas de concertación con la CAM. Aquí en éstas mesas se intentará reglar conjuntamente el manejo ambiental del territorio objeto de la declaración de área protegida, sobre todo en lo que tiene que ver con los usos del suelo”, expresa la abogada y socióloga Diana Valenzuela, presidenta del Comité de Afectados.

Ésta organización campesina se constituyó fruto de la incertidumbre generada por la desinformación frente a la declaratoria de la CAM y, en esa medida, el Comité se erige para investigar la situación a la que se avocaba el territorio, informar a la comunidad y discutir entre todos los afectados ésta decisión pública. “El Comité de Afectados es una clara muestra del autoreconocimiento de los campesinos y campesinas habitantes del bosque seco tropical como sujetos políticos, es decir, como parte fundamental de las decisiones públicas, ya que de ellos emana la soberanía estatal y normativa, lo que evidencia un rico e interesante referente de organización y participación ciudadana en el departamento del Huila”, comenta la investigadora y abogada Helena Gómez Alarcón del Centro de Estudios Regionales del Sur – CERSUR, quien junto a la corporación Conciencia Verde y Plataforma Sur vienen acompañando éste proceso social de la comunidad.

John Betacurt, médico veterinario y zootecnista, director de investigación de Conciencia Verde, cuenta el por qué de la importancia de acompañar estas demandas ciudadanas: “Está en juego la seguridad alimentaria, la agricultura, la economía campesina y la diversidad natural, social y genética del Bosque Seco Tropical La Tatacoa. Es por esto que Conciencia Verde entra en esta problemática como articulador y veedor, como un ejercicio de ciudadanía”.

En medio de las discusiones y acuerdos, las manos que mostraban señales de la edad y las historias de vida de cada persona, agarraban los vasos de plástico verde claro con jugo de naranja y otras cogían bolitas tostadas de maíz, más conocidos como bizcochos. Merienda autóctona de la región. Mientras la discusión seguía en la discoteca Las Palmeras.

“Una de las propuestas que hace el Comité de Afectados entorno al área protegida, es que ésta sea un Distrito de Manejo Integrado. Esto posibilita que la actividad agropecuaria siga siendo una actividad productiva de la zona” es lo que dice Oscar Almanza, líder comunitario de Villavieja.


DE LOS ESTUDIOS INVESTIGATIVOS A LAS NORMATIVAS:

En principio, la Universidad Surcolombiana fue contratada por la CAM y la gobernación para investigar el bosque seco tropical, recomendar una categoría viable para la conservación del ecosistema estratégico y trazar un plan de manejo. El Alma Mater en el año 2007 publicó la formulación del Plan de Manejo Ambiental y recomendó la pertinencia de que este territorio, delimitado en 56.576 hectáreas, fuera Área Natural Protegida y recomendó la categoría de Distrito de Manejo Integrado como la adecuada.

Según este estudio, la CAM expide el acuerdo 017 del 2008 y declara 56.576 has de Área Protegida, pero omite el estudio en tanto no declara la categoría recomendada por los académicos sino que declara la categoría de Parque Natural Regional La Tatacoa.

Es por ello que fue necesario contratar un nuevo estudio que respaldara la categoría expedida. El Grupo Arco, en cabeza de la investigadora Marta Fandiño, realizó esa nueva investigación, publicada en el año 2010 en el libro titulado Parque Natural Regional La Tatacoa, de prioridad de conservación a realidad.  Luego de este estudio la CAM expidió el acuerdo 016 del 2011, el cual mantiene la categoría de Parque Natural Regional pero reduce el área en 35.829 hectáreas.  La CAM ha basado la normativa frente al bosque seco tropical en este estudio conservacionista que ve en el campesino un destructor de la naturaleza y que, por lo tanto, debe ser eliminada toda la actividad humana en la zona diferente al ecoturismo y a la conservación.

Esta disyuntiva en el territorio tiene a las comunidades cuestionadas y a la administración ambiental en vilo, la cual no ha podido ejecutar la política decidida y no ha realizado aún el Plan de Manejo Ambiental para la categoría de Parque Natural Regional.
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Entre bizcochos de achira, la sabía palabra del campesino y el conocimiento de profesionales del derecho y las ciencias sociales, se discutió y se concertaron once puntos para la negociación con la CAM, entre ellos cambiar la categoría de Parque Natural Regional por Distrito de Manejo Integrado; titulación de predios; reducción del área intangible y la obligatoriedad de la consulta previa a las comunidades sobre las decisiones que afecten su territorio.

Plataforma Sur, Conciencia Verde y CERSUR consideran que acompañar éste tipo de procesos sociales es muy importante en la medida que es necesario garantizar la participación ciudadana en las decisiones públicas que afectan la vida cotidiana, “Esto en el marco de un Estado social de derecho que debe garantizar ese papel participativo y activo del ciudadano, quien es el constituyente primario de las normas y leyes y en quien reside la soberanía estatal, por ello es necesario hacer veeduría a las decisiones públicas” agrega Belén Alarcón, directora de Plataforma Sur de Organizaciones Sociales.

Y es así como las comunidades esperan que prontamente se de apertura a las mesas de concertación, dónde se decidan conjuntamente -entre administración estatal y ciudadanía- las políticas sobre el territorio del Bosque Seco Tropical La Tatacoa.

Por:

Juan Marín
Comunicador Ciudadano.