SANTOS SIN MEDALLA OLIMPICA


Ciento cuarenta dirigentes deportivos, cuarenta periodistas y ciento cuatro atletas, de los cuales 54 son mujeres y 26 negros, conforman la delegación nacional a los juegos olímpicos de Londres. Curioso por demás que dirigentes y periodistas superen en número a los atletas que al momento hayan cosechado para Colombia cuatro medallas olímpicas en deportes para los que pocos recursos se dedican, pues el respaldo siempre ha sido para el futbol, plagado de escándalos mafiosos.


De la infraestructura ni hablar: estamos asistiendo a continuas movilizaciones de campesinos e indígenas, reclamando un mínimo mantenimiento de vías terciarias que garantice el transporte de la producción agrícola. La locomotora de la vivienda se está reduciendo a la construcción de las cien mil con las que con su empapelado Ministro Vargas Lleras aspira a apuntalarse en la carrera de relevos.



Esas medallas significan disciplina y formidable esfuerzo, que contrasta con la soledad del podio en el que este 7 de agosto, a dos años de su posesión, el presidente Santos no podrá levantar los brazos en señal de victoria ni recibir la condecoración de campeón. Los resultados de su publicitada Ley de Restitución de Tierras aún no le alcanzan para una meta volante. La reforma a la justicia es la demostración del más aberrante contubernio entre los tres poderes con intereses personalistas. Afortunadamente la opinión pública descubrió el doping y le sacó tarjeta roja.  Como van las cosas, de las cinco locomotoras no se alcanza a armar una para chatarrizar: La minero energética, destinada al servicio del capital multinacional, está generando una revaluación que acaba con el desarrollo agroindustrial. Adicionalmente, se ha convertido en el Caballo de Troya contra la pequeña y mediana minería  multiplicando el desempleo de nuestros humildes barequeros. A esto se suman los efectos del TLC que imposibilita cualquier competitividad para la agricultura nacional.
La carrera atlética por la llave de la paz parece embolatada. El cirirí de la fementida “seguridad democrática” del ex presidente Uribe no le permite avanzar en una propuesta seria y tiene a su competidor nucleado con terratenientes, narco paramilitares y narco políticos en su nuevo partido de Puro Centro derechista. Bien sabido es que su deporte favorito es el juego de póker y el tiro al blanco que bien ejercitó en su paso por el Ministerio de Defensa, tendencia que el presidente fue a reafirmar en el Cauca. Pero hay una llama olímpica: la pelea de la derecha colombiana por la presidencia, dibuja un camino para la conformación de un equipo donde demócratas y movilización social avancen hacia la conquista de la medalla de oro.
Fuente La Nación.