EL CAMPESINO QUE SABE SENTIR


Por: Belén Alarcón
Directora Plataforma Sur

La intervención del diputado: “el problema está en Bogotá, en el gobierno central, estamos de acuerdo con el subsidio al campesinado, le jugamos a la paz en Oslo, a este proceso hay que meterle pueblo…”, la del secretario de agricultura: “Estamos preocupados por los campesinos del norte, el Distrito de Tres Pasos es fundamental porque la gente está aguantando hambre…, pero las soluciones están en lo nacional.” O la del gobernador encargado: “Yo los escucho, soy campesino, vamos a brindar garantías…”, declaraciones estas que hicieron creer que en esa reunión entre “gobierno departamental” y líderes campesinos, que en miles están en las carreteras haciendo visible su grave crisis socioeconómica y el interés de colocar su agenda de paz en las negociaciones que el gobierno nacional inicia con la insurgencia en Noruega, había encontrado interlocutores sensibles.



Don Roberto, con dignidad le habló al gobernador encargado, a quien nunca se dirigió como doctor: “Mire Carlos, Yo no se leer, yo no se escribir pero yo si se sentir, y porque siento estoy aquí en representación de los campesinos de mi municipio. Venimos a plantearles nuestra propuesta de paz, y no nos vamos de la carretera hasta que esa propuesta este andando, sigo preocupado por los que están en la carpa, le pido Carlos, que nos ayuden, se nos está muriendo el ganado y el café nos tiene arruinados”. Se lo dijo en tono coloquial, pues resultaron ser del mismo pueblo, pero cuando el encargado de la gobernación dijo, “ustedes vinieron a que supiéramos quiénes son, le he pedido al coronel Vanegas que esté aquí…”, se entendió la preocupación por los de la carpa de don Roberto, el campesino que “sabe sentir”.

La vía está bloqueada y la fuerza pública ha ingresado violentamente a los cambuches mientras el cura clama al gobernante para que retire las tanquetas. Otro campesino recuerda que los compromisos por mesas de trabajo ya los hicieron en el 2009 y no hubo posibilidad de volverse a reunirse porque nunca hubo respuesta.

Don Roberto, cree que pueden llegar a un acuerdo con el gobernador para seguir tocando la puerta, dice: “depende como sea la cobija, así nos vamos arropando”, mientras el gobernador encargado se escabullía por la puerta trasera sin firmar  el documento de acuerdos para iniciar  conversaciones. De la gobernadora se desconoce su paradero, quizá ande defendiéndose de las múltiples sindicaciones de los organismos de control.

Los campesinos del Huila pusieron en evidencia, mientras la policía los apaleaba inclementemente, la impotencia de los gobiernos locales para resolver sus problemas estructurales, razón de más para apoyar sin vacilaciones las negociaciones que se inician en Oslo, empezando por su primer punto: el desarrollo rural.